“RAYOS CÓSMICOS O MUONES SOBRE LA PIRÁMIDE DEL SOL EN TEOTIHUACÁN”
En nuestra visita a Teotihuacán explicamos que esta zona arqueológica era un asentamiento anterior a la civilización azteca, a unos 50 km de la actual segunda urbe más grande del mundo, la ciudad de México.
Cuando los aztecas llegaron a la región, se encontraron una zona impresionante donde dos majestuosas pirámides sobresalían sobre el conjunto. Los aztecas les dieron el nombre del Sol y la Luna a estas pirámides, encontraron en su construcción vínculos con el cosmos, ya que la orientación de las pirámides está ajustada con el paso del sol durante el solsticio de verano.
Pero, ¿por qué los teotihuacanos construyeron estas pirámides? ¿Cuáles eran sus funciones? Llegados a este punto de la historia es donde yo me maravillo, pues es el cosmos quien, independientemente de las tradiciones, nos da la pista.
Científicos se apresuraron a investigar con tecnología avanzada para realizar radiografías a la Pirámide Del Sol en Teotihuacán, México. ¿Qué hay detrás de la primera radiografía de la pirámide mexicana?
Una carga de energía de rayos cósmicos extraordinarios baña y penetra hasta el interior de la misma!
De acuerdo con los científicos, los rayos cósmicos provenientes de objetos astronómicos como las supernovas atraviesan la atmósfera terrestre y se convierten en lluvia de partículas.
Primero surgen los piones (π) que al decaer originan a los muones (µ), entre otras partículas.
EL MUÓN ES EL PROTAGONISTA.
El muón es una partícula de energía cósmica fugaz, muy parecida al electrón pero más pesada y fue la primera de las partículas inestables en ser descubierta. Puede que no esté por todas partes como los electrones o los neutrinos, pero es muy importante, tanto que interesó a los físicos cuando observaron la cantidad de partículas que no habían pensado que podrían existir.
Los muones “bañan” la superficie terrestre constantemente con un flujo de un “muón” por centímetro cuadrado por segundo.
“Lo relevante aquí es que (los muones) resultan tener una energía que les da la penetrabilidad adecuada para nuestro estudio y, por ser partículas cargadas, su atenuación está relacionada con la cantidad de materia atravesada”, afirman los autores.
Quiere decir que a pesar de que pueden atravesar prácticamente cualquier material, se comportan de forma distinta en función de la densidad de estos. Si se trata de materiales muy densos, no siguen una línea recta sino que sufren un fenómeno de deflexión (cambian de dirección).
Los rayos cósmicos de ultra alta energía provienen de más allá de nuestra galaxia, la Vía Láctea, que está a unos 100.000 años luz, pero el 90 por ciento de ellos proviene de hace unos 300 millones de años luz porque los poderosos rayos cósmicos de mayor distancia se debilitan en gran medida por la interacción con la radiación cósmica de fondo, el resplandor tenue de la gran explosión (Big Bang), dice Charlie Jui, profesor de Física y Astronomía de la Universidad de Utah.